El ejercicio físico como clave para recuperar lesiones

Hasta hace poco, la primera recomendación frente a una lesión era el reposo. Este dogma, que desgraciadamente sigue siendo muy popular en algunos ámbitos de la sanidad pública y privada, aunque a priori pueda generar más complicaciones que beneficios, en los últimos años viene siendo cuestionado por muchos fisioterapeutas y especialistas en la rehabilitación deportiva. El dolor que causa una lesión, nos lleva instintivamente a creer que guardar reposo es la mejor opción hasta que este desparezca. Y no se trata de decir que el reposo no es importante, que lo es, pero eso sí, según el tipo de lesión y no por un tiempo demasiado largo. Estudios recientes recomiendan el reposo solo durante los primeros días si la lesión es grave y permite cierta movilidad y si la lesión es leve, este se recomienda solo durante unas horas. La idea es que los tejidos dañados necesitan movimiento, siempre supervisado por especialistas, para que puedan recuperarse de manera adecuada mientras mejora la inflamación. La rehabilitación basada en el ejercicio físico es fundamental, para evitar que una lesión se agrave y pueda volverse crónica. 

Algunos de los beneficios del ejercicio físico en la recuperación de las lesiones incluyen:


1. Mejora de la circulación sanguínea:


El ejercicio ayuda a promover la circulación de la sangre, lo que a su vez facilita el transporte de nutrientes y oxígeno a los tejidos lesionados, favoreciendo su recuperación.

2. Fortalecimiento muscular:

Realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos alrededor de la zona afectada puede contribuir a estabilizar la lesión, reduciendo el riesgo de sufrir nuevas lesiones.

3. Aumento de la flexibilidad y movilidad: 

El ejercicio puede ayudar a mantener la flexibilidad de las articulaciones y a mejorar la amplitud de movimientos, lo que es vital en la recuperación de ciertas lesiones.

En resumen, el ejercicio promueve la regeneración de tejidos y fortalece los músculos próximos a la lesión, esto no solo ayuda a recuperar la fuerza, sino que también proporciona una mejor estabilidad y soporte, lo que puede prevenir futuras lesiones, de esta manera, juega un papel fundamental en la recuperación de las lesiones, ayudando a restaurar la función y la movilidad. Además de todo lo citado anteriormente, otro beneficio del ejercicio está directamente relacionado con la mejoraría de la salud mental, la actividad física puede mejor el estado de ánimo del paciente, reducir el estrés y aumentar la motivación, lo que es esencial durante el proceso de recuperación. 

Si bien es cierto que el ejercicio físico ofrece muchos beneficios en la recuperación de muchas lesiones, dichas bondades pueden no darse si realizamos ese ejercicio por nuestra cuenta o de manera descontrolada. En primer lugar, ante cualquier tipo de lesión es imprescindible acudir a un especialista que pueda determinar la gravedad de la misma, puesto que no todas son del mismo tipo y ni de la misma gravedad. 

Es importante destacar que el ejercicio en el proceso de recuperación debe ser supervisado por un profesional de la salud, como un FISIOTERAPEUTA o un médico especializado en medicina deportiva, para garantizar que se realice de manera segura y adecuada para cada tipo de lesión.

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